jueves, 8 de marzo de 2012

Sin permiso

Hoy, agotada de vuelta a casa, oliendo a cloro, contenta sin motivo aparente y en víspera de viernes; andando despacio, casi cansina, de baldosa en baldosa, sin pisar las rosas, al ritmo de una canción. Soñando con ser pequeña y que nada importe, ni estudiar, ni el amor, ni nada; sonreía.
Una de esas sonrisas que sorprenden, que te distinguen entre la multitud. Una sonrisa salvaje e incontrolada, dibujada a mano alzada y sin permiso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario